Mario Conde, 61 años, abogado y financiero"La defensa de un hombre es no ser sus cosas". La Contra de La Vanguardia. IMA SANCHÍS - 16/10/2009
¿De la gloria a Alcalá-Meco?
Mis hijos me han oído decir que la defensa de un hombre es no ser sus cosas. Siempre hice ese ejercicio: no fui mis cosas en los honores de Banesto ni en la cárcel, y eso me ha permitido subsistir, el encontrarme a mí mismo con independencia del entorno.
Hay quien cree que es usted un ladrón de guante blanco.
Se basan en la sentencia, pero el Comité de Derechos Humanos de la ONU ha dicho que la sentencia es ilegítima y laha anulado. Ahora hay que ver cómo responde el Tribunal Constitucional; pero ya no importa, quien crea que soy culpable..., ya está pagado.
¿Por qué fueron por usted?
Anson, que lo vivió, ha publicado: "Los dirigentes de los grandes partidos se pusieron de acuerdo para aplastar a Mario Conde".
¿Qué piensa hoy de la justicia?
Con el modelo de designación del CGPJ es difícil alcanzar una justicia objetiva. Las consideraciones políticas priman sobre las jurídicas. Y en el campo financiero la mayoría de los quehaceres diarios pueden ser interpretados como obras de caridad, decisiones económicas correctas o delitos.
Defíname el sistema en el que vivimos.
Se compone de una serie de subsistemas (político, financiero y mediático) entrelazados por intereses. Modelo que fomenta sujetos sin una escala de valores aceptable.
"Ya no creo en el ser humano", le dijo al padre Garralda en prisión.
He vivido traiciones deleznables y crueldades innecesarias. A Herri Batasuna le concedieron días entre la sentencia y la cárcel, y a mí, minutos. Me condenaron a 20 años y no me dejaron ni despedirme de mi familia.
¿Qué le reconcilió con el ser humano?
El comportamiento de algunas grandes personas. Nuestra civilización se rige por patrones de pensamiento, respuestas automatizadas, modelos, ausencia de reflexión, principio de conveniencia, pero se puede enseñar a pensar de otra manera. Jesús tiene una frase a la que le he dado vueltas: "Vosotros pensáis como hombres y no pensáis como dioses". Pensar como dioses es abrir los ojos.
...
Mientras no recuperemos determinados valores es inútil que hablemos de mercado, de técnicas o de regulación, de código de valores, de leyes... si los hombres que las ejecutan y que las interpretan no tienen un esquema de valores en el cual no se sustraen de lo conveniente. La clave está en los hombres.
¿Cuál ha sido su error?
¿Cometí un error porque he ido a la cárcel? El sufrimiento forja y creo que nadie que no haya sufrido debería ejercer poder. No estaba en mí elegir, estaba no sucumbir. Cuando se cierra la puerta de una celda entiendes la categoría de lo inevitable.
Hay que aprender a vivir con ello.
Sí, y aprendí. Quizás estos años de aprendizaje me hayan permitido superar la prueba de mi vida, que es la muerte de Lourdes..., me pareció tan cruel el destino...
Ocurrió cuando por fin podían estar juntos, ¿cómo se lo explica?
Su muerte aniquiló mis ganas de vivir, estaba cansado. Pero hay unas palabras de Lourdes que me repito: "Mario, he sido muy feliz. Lo mismo que me ha tocado vivir una vida completa, ahora me toca esto". Si su muerte tiene un sentido, está en mi vida.
¿En qué le han cambiado estos años?
Somos siendo, un gerundio constante.
¿Qué le mantuvo?
El respeto por mí mismo, la coherencia. Cuando estás solo en la celda, únicamente te mantiene lo que llevas dentro.
Hay quien cree que estuvo en una suite carcelaria.
Ja, ja, el único privilegio que tuve, como otros, es estar solo en una celda por razones de seguridad absolutamente justificadas.
¿La libertad se conquista?
Fui siempre libre, pero no lo sabes hasta que te encierran. Cuando alguien te explica cómo es, en realidad te está diciendo cómo le gustaría ser; mi ventaja es que sé cómo reaccioné ante experiencias muy duras.
Una herramienta ha sido la disciplina.
Sí, y la voluntad, toda la vida. No ceder al desasosiego, comprender que, si de verdad estaba allí pero no era de allí, estaba salvado.
¿Cómo ha controlado el rencor?
Si dejas que el rencor y el odio entren, ya no cabe nada más y te mueres por dentro, te envenenan el alma. Lo que nos hace humanos es la capacidad de amar.
¿Incluso rodeado de sinsentido...?
Ahí el amor es la única defensa. El polvo de la ignorancia se va depositando, todos los días tienes que revisar si algo de rencor se ha instalado en ti, limpiar tu alma a diario.
Decidió ayudar a otros presos.
Les hacía los recursos, pero me parecía que era lo que tenía que hacer, la manera de evidenciar mi reconciliación con el hombre.
¿Qué ha sido lo más difícil de todo?
El día a día. Me concentré en el presente. Una de las mayores pruebas de madurez es la gestión de los recuerdos. El recuerdo es una cosa. Lo es el pasado de Banesto y lo es mi vida con Lourdes, una cosa maravillosa, pero si me vuelco a vivir en ese pasado me pierdo la vida, que es lo único que tengo.
¿Cuándo se es libre?
Cuando se es digno, y la dignidad no admite medias tintas. Somos esclavos de nuestras creencias, apegos y sentimientos. La realidad que nos rodea es un producto mental. Se es libre cuando se es limpio de corazón.
¿De la gloria a Alcalá-Meco?
Mis hijos me han oído decir que la defensa de un hombre es no ser sus cosas. Siempre hice ese ejercicio: no fui mis cosas en los honores de Banesto ni en la cárcel, y eso me ha permitido subsistir, el encontrarme a mí mismo con independencia del entorno.
Hay quien cree que es usted un ladrón de guante blanco.
Se basan en la sentencia, pero el Comité de Derechos Humanos de la ONU ha dicho que la sentencia es ilegítima y laha anulado. Ahora hay que ver cómo responde el Tribunal Constitucional; pero ya no importa, quien crea que soy culpable..., ya está pagado.
¿Por qué fueron por usted?
Anson, que lo vivió, ha publicado: "Los dirigentes de los grandes partidos se pusieron de acuerdo para aplastar a Mario Conde".
¿Qué piensa hoy de la justicia?
Con el modelo de designación del CGPJ es difícil alcanzar una justicia objetiva. Las consideraciones políticas priman sobre las jurídicas. Y en el campo financiero la mayoría de los quehaceres diarios pueden ser interpretados como obras de caridad, decisiones económicas correctas o delitos.
Defíname el sistema en el que vivimos.
Se compone de una serie de subsistemas (político, financiero y mediático) entrelazados por intereses. Modelo que fomenta sujetos sin una escala de valores aceptable.
"Ya no creo en el ser humano", le dijo al padre Garralda en prisión.
He vivido traiciones deleznables y crueldades innecesarias. A Herri Batasuna le concedieron días entre la sentencia y la cárcel, y a mí, minutos. Me condenaron a 20 años y no me dejaron ni despedirme de mi familia.
¿Qué le reconcilió con el ser humano?
El comportamiento de algunas grandes personas. Nuestra civilización se rige por patrones de pensamiento, respuestas automatizadas, modelos, ausencia de reflexión, principio de conveniencia, pero se puede enseñar a pensar de otra manera. Jesús tiene una frase a la que le he dado vueltas: "Vosotros pensáis como hombres y no pensáis como dioses". Pensar como dioses es abrir los ojos.
...
Mientras no recuperemos determinados valores es inútil que hablemos de mercado, de técnicas o de regulación, de código de valores, de leyes... si los hombres que las ejecutan y que las interpretan no tienen un esquema de valores en el cual no se sustraen de lo conveniente. La clave está en los hombres.
¿Cuál ha sido su error?
¿Cometí un error porque he ido a la cárcel? El sufrimiento forja y creo que nadie que no haya sufrido debería ejercer poder. No estaba en mí elegir, estaba no sucumbir. Cuando se cierra la puerta de una celda entiendes la categoría de lo inevitable.
Hay que aprender a vivir con ello.
Sí, y aprendí. Quizás estos años de aprendizaje me hayan permitido superar la prueba de mi vida, que es la muerte de Lourdes..., me pareció tan cruel el destino...
Ocurrió cuando por fin podían estar juntos, ¿cómo se lo explica?
Su muerte aniquiló mis ganas de vivir, estaba cansado. Pero hay unas palabras de Lourdes que me repito: "Mario, he sido muy feliz. Lo mismo que me ha tocado vivir una vida completa, ahora me toca esto". Si su muerte tiene un sentido, está en mi vida.
¿En qué le han cambiado estos años?
Somos siendo, un gerundio constante.
¿Qué le mantuvo?
El respeto por mí mismo, la coherencia. Cuando estás solo en la celda, únicamente te mantiene lo que llevas dentro.
Hay quien cree que estuvo en una suite carcelaria.
Ja, ja, el único privilegio que tuve, como otros, es estar solo en una celda por razones de seguridad absolutamente justificadas.
¿La libertad se conquista?
Fui siempre libre, pero no lo sabes hasta que te encierran. Cuando alguien te explica cómo es, en realidad te está diciendo cómo le gustaría ser; mi ventaja es que sé cómo reaccioné ante experiencias muy duras.
Una herramienta ha sido la disciplina.
Sí, y la voluntad, toda la vida. No ceder al desasosiego, comprender que, si de verdad estaba allí pero no era de allí, estaba salvado.
¿Cómo ha controlado el rencor?
Si dejas que el rencor y el odio entren, ya no cabe nada más y te mueres por dentro, te envenenan el alma. Lo que nos hace humanos es la capacidad de amar.
¿Incluso rodeado de sinsentido...?
Ahí el amor es la única defensa. El polvo de la ignorancia se va depositando, todos los días tienes que revisar si algo de rencor se ha instalado en ti, limpiar tu alma a diario.
Decidió ayudar a otros presos.
Les hacía los recursos, pero me parecía que era lo que tenía que hacer, la manera de evidenciar mi reconciliación con el hombre.
¿Qué ha sido lo más difícil de todo?
El día a día. Me concentré en el presente. Una de las mayores pruebas de madurez es la gestión de los recuerdos. El recuerdo es una cosa. Lo es el pasado de Banesto y lo es mi vida con Lourdes, una cosa maravillosa, pero si me vuelco a vivir en ese pasado me pierdo la vida, que es lo único que tengo.
¿Cuándo se es libre?
Cuando se es digno, y la dignidad no admite medias tintas. Somos esclavos de nuestras creencias, apegos y sentimientos. La realidad que nos rodea es un producto mental. Se es libre cuando se es limpio de corazón.